Primera carta.

Aquí va tu nombre, al inicio de mi carta, sin embargo, no lo voy a escribir, por respeto a tí, de igual forma, sabrás que eres tu, ya que a mi parecer... Tu conciencia debe estar tan sucia como la suela de tu zapato.

Es difícil dejar ir algunas cosas. No creo que sea justo sentirme así, tan vacía y sola. No soy una mala persona, no me considero a mi misma escoria, vivo en paz conmigo misma y estoy en armonía con lo que soy y lo que he pretendido ser, pero ¿Es suficiente ello para ser feliz? Me siento muy completa, y tan vacía a la vez, puedo ser por mi cuenta simple, así de sencilla. Pero por más que trato, sigo sintiendo que me falta algo. No se si sea el tiempo que invertí en tí, que no volverá, el amor no retribuido o los momentos felices que tiraste del carro en el momento que me lanzaste a mi de el, como basura, como cualquier cosa, pero eso es historia para luego.

Las personas pueden mentir engañandote con los más sinceros ojos, yo fijaba mi mirada en ellos, y pensaba que esa era la mirada café de la sinceridad ¡Por los santos dioses, que ilusa era! Mirándome a los ojos un día me dijo: "Te amo", con cara de amor, y al otro día sin explicación, pasó lo mismo pero esta vez diciendo: "Ya no siento nada por tí". ¿Por que? Porque el mentiroso no es buen embustero porque nadie le crea, lo es por que es un maestro del engaño.

Te pregunté una y otra vez por cuánto tiempo te quedarías y me aseguraste un "Siempre" y te preparé un café y mi vida, incluso cuando no me gustaba el café, el resultado que te fuiste mientras me volteaba para colar el café, y quedé... Ahí... Sola... Con un nuevo vicio: Extrañarte cada vez que una taza rozara mis labios, amargos, secos y desesperados por tí.

Presentación.

Me presento hoy, y voy a crear confianza con ustedes, permitiéndoles llamarme Mich❤, este blog tiene una finalidad muy personal, y el uso que le voy a dar es de desahogo, usualmente escucho mucho, veo mucho y siento mucho más, por lo que desahogarme me parece prudente, a veces las personas aguantan tanto que explotan, de muy mala manera; pues yo trato de no hacerlo escribiendo. No es necesario que yo hable tanto de mi, ni de las personas a mi al rededor, en mis escritos sentirán mi dolor, mi felicidad, mi pena, mi desdicha, mi intensidad, mis miedos y errores.

No hago arte, no hago poesía. Yo soy el arte y la poesía. Tu puedes ser arte y poesía, porque todos somos arte y poesía.